Los solicitantes de asilo político, tipo de exención de inmigración, a menudo han estado expuestos a privaciones extremas, abusos graves y posiblemente incluso tortura en su país de origen. Con frecuencia, estos maltratos están relacionados con una persecución política, religiosa y/o étnica. Vivir su vida en su país de origen se vuelve lo suficientemente intolerable o doloroso, como para que el individuo huya de su país a los Estados Unidos y presente una solicitud de asilo político.
¿Cuál es el propósito de nuestra sesión con usted?
Las evaluaciones de inmigración en los casos de asilo tienen como objetivo recoger información sobre los malos tratos y examinar cómo estas circunstancias han afectado psicológicamente al inmigrante. Es muy probable que se desarrollen problemas psicológicos como resultado de los malos tratos, tales como Trastornos de Estrés Postraumático (TEPT), ansiedad severa y/o depresión.
Si su caso de inmigración tiene que ver con el asilo político, es importante evaluar el alcance y la gravedad de su trauma original, si sufre síntomas psicológicos después de llegar a los Estados Unidos y la duración de los efectos psicológicos.
Además de la ayuda legal, un terapeuta de evaluación de inmigración puede ayudarle a comunicar y documentar los aspectos de salud mental de su caso.
¿De qué manera ayuda el asilo a las personas que huyen de la persecución?
Las personas a las que se les concede el asilo están protegidas de ser devueltas a su país de origen, pueden trabajar en Estados Unidos, pueden solicitar una tarjeta de la Seguridad Social, pueden pedir permiso para viajar al extranjero y pueden solicitar traer a sus familiares a Estados Unidos. Los asilados pueden tener derecho a ciertos programas gubernamentales, como Medicaid y Asistencia Médica para Refugiados.
Los asilados pueden solicitar el estatus de residente permanente legal (una tarjeta verde) después de un año. Una vez que la persona se convierte en residente permanente, debe esperar cuatro años antes de solicitar la ciudadanía.
