Ser un hijo documentado de un inmigrante indocumentado puede ser estresante y aterrador. Hay estrés debido a la preocupación por las facturas y el dinero, incluso si son sólo niños. Se tiene miedo por la amenaza constante de que deporten a sus padres, dejándolos solos. La salud mental de los hijos de los inmigrantes indocumentados se ve afectada con bastante frecuencia. Estos niños lidian con mucho estrés que ningún niño debería. La mayoría de los padres intentan
proteger a sus hijos de las dificultades que atraviesan, pero muchos también tienen que advertir a sus hijos de sus dificultades. Crecen más rápido de lo que lo haría un niño normal. Cuando pueden trabajar legalmente, encuentran un empleo y empiezan a trabajar para ayudar a sus padres con las facturas y el alquiler. Esto puede hacer que, en ocasiones, tengan que volver a trabajar en la escuela. Afortunadamente, existen programas que pueden ayudar a estos niños y a sus familias con las dificultades que atraviesan. Estos niños pueden hablar con un consejero escolar de confianza, un grupo de apoyo, etc., y hacer que se escuchen sus sentimientos.
